EL ESTADO NO PUEDE GARANTIZAR LA LLEGADA DE COBOS NI DE DUHALDE A VER A LA PRESIDENTA

Si querían decir que sí nunca lo sabremos.
Si una intención de conciliación social y política se quiso poner en marcha, nunca lo sabremos. Si la muerte podía servir de puente para evitar el continuo purgatorio de una sociedad atormentada por idas y vueltas sin fin , un grupo minúsculo de manifestantes falsificados en un dolor que no sienten, inhibió la voluntad del poder político.
Claro, si la voluntad permanece, las cosas como siempre se harán pero a escondidas.
Se dirá que hay otros canales, que si media voluntad política otros caminos se pueden ensayar. Cierto, pero también es cierto que el que pierde la primer mano, queda mutilado.
Se dirá que se pueden encontrar otros interlocutores, cierto, pero la oportunidad de batir el metal al rojo con la necesaria inmediatez que torna casi espontánea la actitud , se perdió.
Es una mala señal. Pero ya está.
Antes de perder la esperanza hagamos un esfuerzo de tenacidad al que no estamos acostumbrados. Demoremos todo juicio condenatorio y posterguemos el fusilamiento que nos tenemos prometido unos a otros desde 1810 y arranquemos modestamente.
Aunque mas no sea empecemos por insultarnos cara a cara. Sera poco para tanta necesidad pero quiza sea lo único que podemos permitirnos.
Lo otro, lo que venimos haciendo siempre, ha demostrado no servir. Nadie eliminara al otro a puñaladas con bombas ni emboscadas. Ya se vió. Nos queda insistir matando a nuestros biznietos, al que le atraiga la tarea sepa que hay condiciones que los pueden alentar y ayudar. Conmigo no cuenten.