16 enero, 2007

EN OCASIONES, LEVANTAR LA MIRADA

oracion por el enfermo


Que ese mudo, Señor, note que el triste
dogal que ata sus labios desenredas
y que le haces señor de su silencio
y el tesoro de signos de la idea
vuelva a hablar, misteriosos y sutiles
y que ponga su lengua
sus nombres a las cosas;
las cosas que es preciso que se sepa
para esta y la otra vida...



Que ese ciego,
que esas que inutilmente parpadean
sumidas en la noche, esas pupilas
blancas, sin expresion, pupilas huerfanas
de la luz, jubilosamente rompan
su velo atroz, y de repente vean...
y de repente vean embriagadas
vida, color, matiz, rosas, praderas
y el rostro en flor del hijo pequeñuelo
y el venerable de la madre vieja
y encima el sol; y encima, la que hiciste
boveda azul del cielo y sus estrellas
para que alcen los ojos los que sufren
y levanten las mentes los que piensan...

Pero si no conviene
y si no puede ser , pues tu Presciencia
ve que...no debe ser , porque razones
inescrutables y adorables, fuerzas
que no le es dado al hombre ver, y leyes
divinas lo prescriben...!Tu lo ordenas
en fin y Tu lo quieres...!Si es preciso
que aguante, como Tu la cruz a cuestas
y tres horas agonicas, y acaten
tu voz, bajando al polvo la cabeza
y creyendo que el Padre que los hiere
no es distinto al Padre que los besa,
pero que es Dios...Señor, entonces dales
lo que es mejor aun , dales la buena
santa y divina, la inefable y mansa
la iluninada y ciega
y todopoderosa
paciencia...!

El Libro de las Oraciones. Leonardo Castellani.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el poema es mas largo? o me equivoco. Me gusta si falta completelo, para apreciarlo.Juana